FINALIZADA LA PRIMER PARTE DEL
TALLER, EN QUE REPASAMOS TODAS LAS FÓRMULAS PARA REALIZAR SAHUMERIOS.
Historia
del origen del jabón
La
historia del jabón se remonta a la antigüedad. Se han encontrado documentos que
mencionan el uso de muchos materiales jabonosos y agentes limpiadores que
aunque no eran verdaderos jabones sino productos realizados únicamente con
cenizas de corteza de árbol.
Los
egipcios utilizaban un producto jabonoso que consistía en una mezcla de agua,
aceites o ceras vegetales y animales, fórmula que fue utilizada también por los
griegos y los romanos.
En
el siglo Sexto a.C., el famoso poeta Griego Homero narra en la Odisea como Nausícaa,
hija del rey de los feacios, lavaba la ropa pateándolo en el río. A este primer
detergente se lo llama “pie de doncella”.
Hacia
el año 600 a.C. el profeta Jeremías proclamó que el detergente compuesto de
agua y ceniza de madera y de remolacha, era particularmente eficaz.
En
el siglo primero d.C., el historiador romano Plinio describió las diversas
formas de jabones duros y blandos que contenían colorantes. Eran conocidos como
rutilandis capilis y utilizados por
las mujeres romanas para limpiar sus cabellos y teñirlos de colores brillantes.
Las
teorías de Galeno, médico romano del siglo dos d.C., fueron fundamentales hasta
fines de la edad media. Fue el primero que facilitó las primeras noticias sobre
el empleo del jabón como medio curativo, de efecto emoliente y para la fácil
eliminación de la suciedad del cuerpo y de los vestidos. En aquel tiempo el
jabón se fabricaba a base de grasa animal, lejía de ceniza y cal.
La
producción de jabón fue muy común en Italia y en España. En Italia se elaboraron
jabones mezclando cebo de cabra con ceniza de haya (haya es un árbol con
diversas propiedades medicinales) que proporcionaba el álcali. Así en la ciudad
italiana de Savona se originó una leyenda del siglo siete, que cuenta que el
jabón fue inventado por la mujer de un marinero, al calentar una solución de
sosa (bicarbonato sódico) con aceite de oliva. Del nombre de esta ciudad
proviene la palabra francesa “savon” (que significa jabón).
Durante
el siglo trece, al llegar a Francia el jabón desde Italia, los franceses
desarrollaron un método para la
fabricación de jabón utilizando el aceite de olivo en lugar de las grasas
animales.
Hacia
el año 1500, introdujeron sus descubrimientos en Inglaterra. Esta industria
creció rápidamente en ese país, y en 1622 el rey Jacobo primero le concedió
ciertos privilegios.
En
el siglo 15 apareció el jabón de Marsella, precursor de los jabones actuales,
preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales.
En
1783, surgió la reacción que se produce hoy en el proceso de elaboración del jabón:
cuando el aceite de olvida, mezclado con óxido de plomo, produce una sustancia
de sabor dulce, que en ese entonces se denominó olsuss, pero que hoy se conoce como glicerina. En 1791, Nicolas
Leblanc, un químico francés inventó un proceso para obtener carbonato de sodio
o sosa utilizando sal ordinaria. Esto revolucionó la industria del jabón.
Durante
la segunda guerra mundial, los norteamericanos desarrollaron un tipo de
jabón que podía utilizarse con agua de
mar, pensando en los marines destinados al océano pacífico: así nació el jabón
dermatológico, el menos agresivo de todos los jabones.
La
mayoría de los jabones eliminan las grasas y otras suciedades debido a que la
mayoría de sus componentes son agentes activos que sueltan las partículas de
cualquier superficie que se limpie.
Escuchalo en audio haciendo clik sobre el link:
¿Lo sabías?
Compartí tus comentarios
Lic. Micaela P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario