martes, 12 de mayo de 2020

HISTORIA ENJABONADA


FINALIZADA LA PRIMER PARTE DEL TALLER, EN QUE REPASAMOS TODAS LAS FÓRMULAS PARA REALIZAR SAHUMERIOS.
Historia del origen del jabón
La historia del jabón se remonta a la antigüedad. Se han encontrado documentos que mencionan el uso de muchos materiales jabonosos y agentes limpiadores que aunque no eran verdaderos jabones sino productos realizados únicamente con cenizas de corteza de árbol.
Los egipcios utilizaban un producto jabonoso que consistía en una mezcla de agua, aceites o ceras vegetales y animales, fórmula que fue utilizada también por los griegos y los romanos.
En el siglo Sexto a.C., el famoso poeta Griego Homero narra en la Odisea como Nausícaa, hija del rey de los feacios, lavaba la ropa pateándolo en el río. A este primer detergente se lo llama “pie de doncella”.
Hacia el año 600 a.C. el profeta Jeremías proclamó que el detergente compuesto de agua y ceniza de madera y de remolacha, era particularmente eficaz.
En el siglo primero d.C., el historiador romano Plinio describió las diversas formas de jabones duros y blandos que contenían colorantes. Eran conocidos como rutilandis capilis y utilizados por las mujeres romanas para limpiar sus cabellos y teñirlos de colores brillantes.
Las teorías de Galeno, médico romano del siglo dos d.C., fueron fundamentales hasta fines de la edad media. Fue el primero que facilitó las primeras noticias sobre el empleo del jabón como medio curativo, de efecto emoliente y para la fácil eliminación de la suciedad del cuerpo y de los vestidos. En aquel tiempo el jabón se fabricaba a base de grasa animal, lejía de ceniza y cal.
La producción de jabón fue muy común en Italia y en España. En Italia se elaboraron jabones mezclando cebo de cabra con ceniza de haya (haya es un árbol con diversas propiedades medicinales) que proporcionaba el álcali. Así en la ciudad italiana de Savona se originó una leyenda del siglo siete, que cuenta que el jabón fue inventado por la mujer de un marinero, al calentar una solución de sosa (bicarbonato sódico) con aceite de oliva. Del nombre de esta ciudad proviene la palabra francesa “savon” (que significa jabón).
Durante el siglo trece, al llegar a Francia el jabón desde Italia, los franceses desarrollaron  un método para la fabricación de jabón utilizando el aceite de olivo en lugar de las grasas animales.
Hacia el año 1500, introdujeron sus descubrimientos en Inglaterra. Esta industria creció rápidamente en ese país, y en 1622 el rey Jacobo primero le concedió ciertos privilegios.
En el siglo 15 apareció el jabón de Marsella, precursor de los jabones actuales, preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales.
En 1783, surgió la reacción que se produce hoy en el proceso de elaboración del jabón: cuando el aceite de olvida, mezclado con óxido de plomo, produce una sustancia de sabor dulce, que en ese entonces se denominó olsuss, pero que hoy se conoce como glicerina. En 1791, Nicolas Leblanc, un químico francés inventó un proceso para obtener carbonato de sodio o sosa utilizando sal ordinaria. Esto revolucionó la industria del jabón.
Durante la segunda guerra mundial, los norteamericanos desarrollaron un tipo de jabón  que podía utilizarse con agua de mar, pensando en los marines destinados al océano pacífico: así nació el jabón dermatológico, el menos agresivo de todos los jabones.
La mayoría de los jabones eliminan las grasas y otras suciedades debido a que la mayoría de sus componentes son agentes activos que sueltan las partículas de cualquier superficie que se limpie.


Escuchalo en audio haciendo clik sobre el link:



¿Lo sabías?

Compartí tus comentarios 

Lic. Micaela P.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario