Mis ojos están felices y ansiosos.
El sol parece adelantar la
primavera y arenga el canto de los pájaros.
Van a la escuela mis ojos. Por
eso la ansiedad y la alegría. ¡Tienen preguntas, dudas, tarea atrasada!
Llegan a la puerta mis ojos y
una cálida sonrisa saluda e indica el hall de espera. No están solos, mis ojos.
Hay otros ojos compañeros, aguardando con las mismas ganas.
Entran mis ojos al aula y se
encuentran, por fin, contigo...
Se acomodan mis ojos, se
preparan, se sitúan, se emocionan. Adelante estás vos, con el corazón dispuesto,
el cuidado como manual, el afecto como nota final. Con tu cuerpo hecho
pizarrón, tu voz de tiza!
Aprenden y aprenden mis ojos.
Se educan, se reeducan. Juegan y ríen en el aula siguiendo tu clase, ignorando
al tiempo.
Se llenan mis ojos,
comprenden, asienten, sueñan...
Afuera, continúa reinando el
sol y se multiplica el coro de pájaros.
Mis ojos retornan dichosos esta mañana. Regresan con recuerdos y experiencias.
Y vos, maestro, maestra, ya
estás de nuevo educando ojos tan agradecidos como los míos...
Carlos Bogado, sept. 2020
Dedicado al hermoso grupo
humano de docentes de la querida Escuela 34
Prof. Clara Sch.
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